Cierto, ante los rápidos cambios y sucesos en el mundo, tenemos que entender que sin la sabiduría de D-os no podríamos salir adelante. Un caso: ha sido de tal magnitud la pandemia del coronavirus y sus efectos en casi todos los órdenes, que la soberbia humana quedó abatida y desorientada. No se han repuesto de la sorpresa.
Vistas las cosas desde la fe judeocristiana,si los que rechazan el amor de D-os no quieren ni desean cambiar, los creyentes al contrario, es tiempo de afirmarnos en el mensaje divino, de entender en todo lo que significa la gracia y depender absolutamente del Señor, de lo contrario la confusión y caos que imperan nos podrían dañar o afectar con gravedad.
Vivimos una época en la que muchos que se dicen creyentes están actuando de manera errática y fantasiosa, ajena a la Palabra y al Espíritu, incluso al sentido común. No son pocos los que han caído en el engaño de líderes políticos o religiosos que les han apartado de la verdad y la sencillez, para caer en fábulas o en desviaciones pseudo teológicas que carecen del sustento escritural y la necesaria hermenéutica bíblica. Ciencia que tal parecen desconocer. Mentiras y fantasías barnizadas de religiosidad les han apartado de la ortodoxia de la fe para caer en el engaño de absurdas conspiraciones y posturas demenciales.
Los últimos meses del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos mostraron a propios y extraños a fanáticos que afirmaban ser creyentes afirmando mentiras y oponiéndose a urgencias de salud colectivas. Su radical postura llegó a tal extremo que apartándose de la verdad revelada y olvidándose que nuestra principal ciudadanía se encuentra en el reino de D-os, aseguraban que hubo fraude electoral realizando al efecto toda clase de actos y acciones que exhibían su postura rebelde, incapaz de aceptar (por el engaño y presión de su líder) el resultado de unas elecciones, dicho sea de paso, celebradas en el país campeón de la democracia.
En el anterior artículo señalamos las acciones que fueron capaces de realizar, incluso un intento de golpe de estado (mediante la toma del Capitolio). Ante esto y parafraseando al clásico escritor cristiano Charles M. Sheldon, cabe preguntar: ¿Jesús lo haría? ¿El Mesías les hubiera apoyado y aplaudido sus acciones y posturas?Han olvidado la Palabra y voluntad del Señor para hacer la suya propia, para dar rienda a su hedonismo y olvidar el amor a D-os y el amor al prójimo, aunque lo barnicen de politiquería y aparente interés social. Sheldon les pregunta en su obra “¿Vamos a seguir viviendo como la sociedad egoístamente nos dicta, moviéndonos en su mundo estrecho de placeres y entretenimientos?
Y ya que hemos citado a este excelente escritor y predicador (1857-1946), en su obra que le hiciera famoso encontramos esta frase que confronta a los creyentes incongruentes, a los que gustan de ostentarse como tales, pero que viven en un mundo distinto al que D-os espera de sus hijos, rehusando la santidad y el compromiso con su reino y el rescate de la humanidad perdida:
-“Si creemos que el ser cristianos consiste meramente en gozar de los privilegios del culto divino, en dar poco dinero sin el más mínimo riesgo de sacrificio y en vivir cómodamente al mismo tiempo que rehuimos toda responsabilidad para con el mundo que se retuerce de desesperación y pecado, porque nos damos cuenta que es penoso ocuparnos de ello; si tal es nuestra definición de cristianismo, seguramente estamos lejos, muy lejos de andar en los pasos de aquel que pasó gimiendo y llorando por la humanidad perdida… Aquel que fue clavado en una cruz” (En sus pasos, pág. 89)
Resulta patético que mientras la humanidad se sumerge en una espiral descendente de maldad y corrupción en casi todos los órdenes, algunos traten de auto engañarse viviendo en un mundo ajeno al pueblo de D-os, participando en asuntos que carecen del aval Divino y tomando decisiones en base a sus propios pensamientos sin consultar a D-os ni a su mensaje revelado. La Escritura nos dice “Confía en el Eterno con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento”, aunque en el mismo pasaje invita al arrepentimiento y a someterse al Señorío de D-os: “No seas sabio en tu propia opinión; teme a Yahwéh, y apártate del mal”(Prov 3:5,7).
En tanto que la humanidad a semejanza de las generaciones de Noé y Lot se pierde en su pecaminosidad y hedonismo, en su alejamiento de D-os, cientos o miles de millones de personasse pierden eternamente porque nadie les ha compartido el mensaje de D-os; sufren con desesperación ante lo que ven, oyen y padecen en su entorno careciendo de esperanza; mientras que muchos de los que conocen a Yeshua y su mensaje de salvación y paz se encierran en su pequeño mundo cerrando el Arca antes que D-os lo haga.
Otros como ya dijimos, si bien es probable que conozcan el mensaje de manera intelectual (pero sin discernirlo ni haber nacido de nuevo), andan como falsos Quijotes derribando molinos de viento que ni son gigantes ni tampoco es tarea que les corresponda. La última orden del Mesías ya resucitado y previo a su ascensión gloriosa fue: “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”(Mat 28:19-20).
Ante semejante panorama, en el que muchos de los hasta ahora perdidos (incluido el pueblo judío) no conocen a D-os y el concepto que tienen del Mesías o está equivocado o no tienen ninguno: judíos y cristianos necesitamos pedir al Señor de su sabiduría y bendición para hacer su voluntad, para ser vasos comunicantes de su amor y gracia en sociedades sin esperanza. Que literalmente viven como condenados a muerte y espiritualmente lo están.
Hoy más que nunca requerimos sembrar las Buenas Nuevas de salvación del D-os de Abraham, Isaac y Jacob a un mundo perdido y sin esperanza, sin desatender que la fe judía es más que ritos, rezos y tradiciones. Si alguno cree que el judaísmo se reduce a estas cosas, que no son malas, pero no fundamentales, realmente no ha entendido su propia fe, desconoce la grandeza de D-os como también desconoce su propia condición espiritual ante Él.
¿Sabías estimado lector que la gran mayoría de las corrientes en el judaísmo tradicional no creen en la caída del hombre? Si no fuésemos una raza espiritualmente caída, es decir, la humanidad entera separada de la comunión original que se tenía al principio y perdida a causa del pecado de Adán y Eva ¿para qué queríamos o necesitábamos un Mesías? Yeshua, el Mesías enviado por D-os a eso vino, a salvarnos, a reconciliarnos con D-os el Padre a precio de su propia vida y sangre (por eso se ofreció como cordero perfecto y sin mancha de pecado en la Pascua del año 33). Si no se entienden estas cosas fundamentales de la fe de judíos y cristianos es que no se entiende nada.
Necesitamos de la sabiduría del Señor para entender las verdades divinas reveladas en la Biblia, ya que obtenida esta bendición y gracia podremos entender también los cambios y sucesos que tienen sorprendido y abrumado al mundo entero. Me despido por esta ocasión con esta escritura en espera de que sea de bendición, aliento y esperanza para tu vida: “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también de guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Ap 3:10). SHALOM.
El rabino Manuel Hernández G. es consejero espiritual de la AJMM
Email: mahergo1950@gmail.com
© 2024 ALIANZA DE JUDÍOS MESIÁNICOS DE COLOMBIA.